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Habilidades Sociales


Las habilidades sociales se pueden definir como las conductas o destrezas necesarias a la hora de interactuar con otras personas. Esto incluye la manera en que uno muestra sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos propios. Un ejemplo de esto sería la manera en que expresamos nuestro enfado a un amigo por algo que ha hecho, o la forma en que nos presentamos ante un grupo nuevo.


10 consejos para desarrollar las habilidades sociales en los adolescentes

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1.     Promueve un ambiente positivo y cálido en casa:

Es normal experimentar emociones de tristeza o irritabilidad cuando se producen ciertas situaciones difíciles o problemáticas en el hogar. Es importante que los adultos cuiden su propio estado de ánimo, asegurándose de que estas emociones no los sobrepasen ni se prolonguen excesivamente en el tiempo, y que procuren mantener una actitud proactiva y resolutiva ante los problemas. De esa forma, se protege y cuida el clima familiar, predominando las emociones saludables de cariño, paz, alegría…


2.    Habla sobre las emociones:

Habla con tu hijo/a acerca de sus emociones, así como sobre las tuyas (por ejemplo: “Cuando te hablo y no me respondes, me siento muy frustrada”). Pon nombre a las emociones cuando te relaciones con tu hijo/a y haz referencia a las causas de tales emociones. Esto le ayudará a aprender a gestionar sus propias emociones y a comprender mejor las de los demás.

3.    Interésate por su mundo social:

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Pregúntale a tu hijo/a sobre su día a día y muestra interés por las situaciones que te cuenta. Así lo/a conocerás mejor; además, tendrás la oportunidad de comentarle sobre posibles estrategias para resolver conflictos o hacer frente a los desafíos sociales a los que se enfrente.


4.    Enséñales a manejar sus emociones

Si observas que tu hijo/a está triste o preocupado/a por alguna situación, social o de otro tipo, escucha y ayúdalo/a a comprender sus emociones y a buscar soluciones. Esto le enseñará a actuar de manera asertiva con otras personas en situaciones similares.


5.    Refuerza aquellos comportamientos que quieras fomentar:

Reconoce o recompensa a tu hijo/a cuando observes o te cuente que se ha comportado de manera socialmente competente. Por ejemplo, muestra tu alegría si se ha enfrentado a su timidez y ha empezado una conversación con un/a compañero/a. Muéstrale tu admiración si ha reconocido un error y ha pedido perdón, o si ha tenido un gesto amable o generoso con otra persona. Fortalece su autoestima.


6.    Evita los castigos arbitrarios y promueve las consecuencias naturales:

Permite que tu hijo/a se enfrente a las consecuencias naturales que se derivan de sus comportamientos inadecuados, en lugar de sobreprotegerlo/a o de aplicar castigos arbitrarios. Ello le ayudará a ser más consciente de los efectos de sus acciones y a autorregularse, habilidades que le resultarán de gran utilidad para relacionarse socialmente. De hecho, casi siempre resultará más eficaz a largo plazo prestar atención a aquello que hace bien y reforzar sus conductas positivas.   


7.    Sé un modelo de comportamiento:

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Una de las principales formas en que los menores aprenden es observando el comportamiento de los demás, y en particular el de sus padres. Por ello, si te comportas de manera socialmente hábil, tu hijo/a te copiará y se sentirá más seguro/a interactuando socialmente. También puede ser útil expresar tu comportamiento en palabras (por ejemplo: “Tengo que recordar darle las gracias a la abuela por servirte el almuerzo” o “Perdona, estabas hablando y te he interrumpido”).


8.    Cuida la forma en que hablas de otras personas:

Por ejemplo, si sueles juzgar o criticar duramente a otros, es natural que tu hijo/a aprenda a esperar esa crítica de los demás y a tener temor ante ello. En cambio, si te ve comportarte de manera asertiva, justa y comprensiva con los demás (y con ellos mismos), será más probable que espere recibir ese tipo de trato cuando se relacione con otros y que, por tanto, se enfrente a las situaciones sociales con menos ansiedad (y probablemente con más éxito).


9.     Más no es mejor:

Tal vez pienses que la mejor manera de contribuir al desarrollo de las habilidades sociales de tu hijo/a es facilitar muchas oportunidades para que se relacione con otros. Eso no es necesariamente cierto. Debes considerar otros aspectos como: con qué compañero/a interactúa, el modelo o guía de referencia, etc.


10.    Presta atención a las señales de riesgo:

Es importante estar atentos a cambios en el comportamiento de tu hijo/a que puedan hacerte sospechar que está siendo rechazado/a o acosado/a por sus iguales.

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Si notas que empeora su estado de ánimo, se comporta de manera más agresiva o irritable, se aísla, no quiere ir al colegio, etc., habla con él/ella para intentar detectar cuál puede ser la causa de este cambio. En estos casos, también puede ser muy necesario ponerte en contacto con las autoridades del colegio para comunicarles tus preocupaciones y recibir información acerca de lo que está sucediendo. Cuanto más antes se detecte el problema, más pronto se desarrollará el abordaje para hallar la solución.